ANTONIO MAENZA: EL MODERNO MALDITO
Sin duda, lo que me ha llevado a Maenza han sido las palabras que salen de su boca en el libro El abrecartas de Molina Foix, cuando interrumpe la proyección de una película del oeste gritando: “¡El cine no es esto! ¡Fuera los mercaderes de la Única Iglesia Creíble del siglo XX!”. Esa frase me mostró a alguien de quien jamás había oído hablar: un moderno paranoico, un visionario, un genio incomprendido y director de cine en formato de 16mm y super 6. A partir de ese momento estuve indagando sobre este artista olvidado pero todo lo que se sabe de él se reduce a poquísimas biografías recogidas en blogs de cine, y parece ser que es imposible hacerse con sus películas. Muchas de éstas apenas se proyectaron, y en todo caso se exhibían en circuitos muy reducidos.
La vida de Maenza la podemos dividir en cuatro grandes ciudades, que fueron los escenarios partícipes de su creatividad: Zaragoza ( donde graba su primera película El Lobby contra el cordero), Valencia ( donde rueda Orfeo filmando en el campo de batalla y Cábala 9 en 16 para en 8) y Barcelona ( donde el productor Pere Portabella produce su último filme Hortensia/Beance). Los años posteriores de la vida de Maenza se caracterizan por la inestabilidad mental que le llevaran hasta su muerte en 1979. Se habla de suicidio pero también de asesinato por parte de unos falangistas. No sé por que, pero yo creo que el pobre Maenza no quería irse del mundo tan joven dejando novelas mitad escritas y una imaginación apabullante.
El lobby contra el cordero es una película verdaderamente revolucionaria donde Maenza se deja llevar por un verdadero delirio narrativo. Un complejo entramado que reúne desde la liturgia simbólica del sacrificio del cordero a manifestaciones de estudiantes contra el poder con una estética vanguardista repleta de simbolismo.
Lo del "malditismo" de Maenza se debe al adjetivo que le dió la actriz Emma Cohen. Y acertó de pleno. Maenza fue un cineasta con un final trágico pero con una personalidad arrolladora que fue más allá del cine del momento. Un moderno maldito.
"Soy muy sensible a lo bueno y más a lo bello. Sensible a la sensibilidad".